viernes, 21 de agosto de 2015

Demasiado duro

"Es que ver fotos de perros, gatos y animales tan hechos polvo me resulta demasiado difícil. No compartas esas cosas en Facebook"

Y yo me pregunto si esa gente se dará cuenta que lo que ellos ven solamente en fotos yo lo veo todos los días. Me enfrento a ello. Soy quien cura a muchos de esos animales. Quien cose tajos en los que se puede ver el hueso, soy quien limpia de gusanos las heridas infectadas, quien ve como los ojos están tan infectados que prácticamente se salen de la cara. Soy quien ve todas las atrocidades del ser humano reflejadas en aquellos que no pueden defenderse.

Y difundo y comparto animales porque aún me queda un mínimo de fe en la especie humana y pienso que alguien será capaz de ver más allá del "demasiado duro", que será capaz de ver que lo que a él le asquea, a ese animal le está provocando un sufrimiento más allá de lo imaginable. Pienso que alguien decidirá parar todo ese dolor y ser la familia de esa criatura que no tiene más defensa que las personas que decidieron rescatarlo de su infierno en vida. Pienso que alguien conocerá a otro alguien con espacio en su vida para un alma pura que sólo ha conocido el sufrimiento.

Pienso mucho. Y me equivoco la mayoría de las veces.

Porque la gente sigue diciéndome que es demasiado difícil ver las cosas que comparto. Que les da mucha pena. En definitiva, que es más fácil aislarse del dolor de los demás que intentar aliviarlo.

Pero yo no soy capaz. Yo miro sus heridas. Imagino sus posibilidades. Lloro mientras limpio heridas, mientras doy papillas. Lloro cuando veo que la crueldad ha superado todos los límites. Sufro lo indecible. Y aunque podría dejar de hacerlo, podría darme la vuelta ante todos esos animales no lo hago.

Porque ellos sólo me tienen a mí. Sólo tienen a las personas que no huyen de la realidad. Que se salen de lo que es cómodo para aceptar el sufrimiento, para abrazar el dolor, para acunarlos a ellos que tanto nos necesitan. Y no hablo solo de animales, hablo de personas que se mueren de hambre, que no tienen un hogar, que están llenos de heridas, que se encuentran en un mundo en el que damos la espalda a todo lo que nos recuerde que hay un lado oscuro.

Y una vez más pienso. Si no nos gusta el lado oscuro del mundo ¿Por qué no actuar y cambiarlo?

Barrer la suciedad bajo las alfombras, sólo hace que un día lo tengas todo lleno de ácaros y sea peor.
Si algo no te gusta, trágate las lágrimas y ayuda a cambiarlo, porque por pequeña que sea la ayuda, ya es más que no hacer nada.

Seguiré escuchando que "duele mucho ver fotos así", seguiré perdiendo gente por ello. Pero no me importa. Esto es por lo que yo creo que merece la pena luchar.

M.


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